La
pregunta del millón de dólares: ¿en qué momento decidí
prescindir de mis tacones?, ¿cuándo sentí que era mejor estar más
cómoda, que monísima de la muerte?, ¿por qué, cuando alguna salida
implica tacones, pienso: me va a dar algo tanto tiempo con esos
zapatos, que son taaaannnn boniiiitos? ¿Por qué? Si yo era súper
feliz subida a mis tacones día y noche, ¿cuándo sucedió? Y lo más grave:
Incógnita, expediente sin resolver... lo cierto es que ya ni me cuerdo de la última vez que salí con tacones sin importar cuál era el plan. Bien fuera trabajar, ir de compras, quedar con una amiga, o simplemente pasear... me daba igual. Los tacones formaban parte de mi vida, de mi identidad y de mi armario. Yo era una mujer pegada a unos tacones...
Incógnita, expediente sin resolver... lo cierto es que ya ni me cuerdo de la última vez que salí con tacones sin importar cuál era el plan. Bien fuera trabajar, ir de compras, quedar con una amiga, o simplemente pasear... me daba igual. Los tacones formaban parte de mi vida, de mi identidad y de mi armario. Yo era una mujer pegada a unos tacones...
Desde hace un tiempo sólo utilizo zapatos planos, para todo!! Ni
siquiera tengo un par de las famosas plataformas que se vuelven a
llevar ahora. Sólo de pensar que tengo que caminar con esos pesados
zancos sobre las irregularidades de un terreno imperfecto... y lo que
es peor!, pegar un traspiés y no caerte de milagro, qué vergüenza!!
Lo de la vergüenza lo tengo comprobado. El año pasado invertí en unas preciosas y altas cuñas de esparto (sí, cuñas, si hubieran sido tacones, quizá hoy, no podría contarlo). Quedaban muy bien, estilizaban las piernas estupendamente, yo me sentía poderosa, moderna y actual subida a ellas, pero quietecita estaba mejor. Tenía que ir agarrada a lo que fuera para mayor estabilidad. Un horror! Marcaba la experiencia de salir, pero a fuego!!! Se me ponía un mal humor por el cansancio y la carga de cargar conmigo misma... tanto, que para remediarlo me tenía que tomar una aspirina. Lo de las ojeras no tenía solución hasta que llegara a casa.
Lo de la vergüenza lo tengo comprobado. El año pasado invertí en unas preciosas y altas cuñas de esparto (sí, cuñas, si hubieran sido tacones, quizá hoy, no podría contarlo). Quedaban muy bien, estilizaban las piernas estupendamente, yo me sentía poderosa, moderna y actual subida a ellas, pero quietecita estaba mejor. Tenía que ir agarrada a lo que fuera para mayor estabilidad. Un horror! Marcaba la experiencia de salir, pero a fuego!!! Se me ponía un mal humor por el cansancio y la carga de cargar conmigo misma... tanto, que para remediarlo me tenía que tomar una aspirina. Lo de las ojeras no tenía solución hasta que llegara a casa.
El caso es que, llevar tacones es como todo en la vida, cuanto más
lo prácticas mejor te sale. Un buen día me volví... práctica?
Cómoda? De más edad??!!!! Y a estas alturas parece que he prescindido de los tacones. Creo que mi velocidad innata para hacer casi
todo, determina que haya ido desterrando los tacones de mi vida. Me restan
rapidez de movimiento, a mí eso de caminar como las tortugas
despreocupadas, si no es en vacaciones, no me sale y si voy al ritmo
que quiero... catapum!!! Es como llevar flequillo, no soporto esos
pelos cosquilleándome la frente, soy de pelo para atrás o a un
lado, bien peina'!
Inevitable no mencionar tantos y tantos outfits bloggueros
recomendados diariamente. Muy divinas todas ellas, subidas a dos
jirafas. Y vete a comprar el pan tan ricamente y luego a trabajar, a
resolver gestiones en la calle bajo un calor de justicia, un frío
siberiano o una lluvia torrencial.... sí, sí, eso no te lo crees ni
tú... a mí no me cuadra.
Yo soy una enamorada de los zapatos, las zapaterías... las visito a
menudo, acaricio y contemplo los preciosos y altísimos zapatos de
temporada... Estoy empapadísima de las últimas tendencias, las
marcas, lo que viene, lo leo todo!.. pero eso de caminar como Bambi
cuando nació no es estético señores!
Pero bueno, que no doy por perdida mi batalla de superación de
tacones, que pienso practicar (con un buen par de aspirinas en el organismo) y que subiré fotos de los próximos tacones que me compre,
cual bloguera superguay!
Os he ido dejando una pequeña selección de imágenes de zapatos de altos vuelos, que me encantan!!! Ahora unos cuantos planos:
Siempre con love,
Brujuleia.-
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Muchas Gracias!!!
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Imágenes: Pinterest
4 comentarios:
Yo tambien no recuerdo en que momento deje de usarlos y cuando deje de comprar zapatos, cuando antes cualquier pretexto era para ir a comprar zapatos ahora solo tengo unos planos que no suelto y a todos lados llevo y otros de diferente color, al leer esto me pregunte lo mismo ¿dónde están mis tacones? Saludos
Hola Yenuen!! gracias por tu comentario!! Esto nos pasa a muchas, pero hay que seguir practicando!! Saludos ;-))))
Es que nos volvemos cómodas! Pero yo no renuncio, así que depende de lo que tenga que hacer, planos o taconazos!
Muac!
Esa es la actitud Mareva!! Gracias por el comentario y feliz finde!! ;-))))
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