Cómo admiro a la gente valiente. Me gustan. Intento aprender de ellos, aunque no siempre me atreva a no postergar más los cambios que quisiera para mi propia vida o a decidirme de una vez por un color, una alternativa, etc...
Y admirando la casa que os traigo hoy, he recordado lo que me costó elegir una gama de colores para la mía propia, al menos para el "salón-comedor-cocina-zona de la vida", que fue por donde comencé.
¡Cuántas vueltas le di a la carta de colores! Cuando la devoví a la ferretería, creo que la tuvieron que cambiar de lo gastada que estaba...
¿Por qué elegir unos pocos colores, cuando puedes tenerlos todos?