Si hasta tu propia madre te dice que "parece que naciste cansada"; si te sientes como si arrastraras los días que vas dejando atrás, que pesan como despiadados grilletes atados a los pies o incluso al alma; si no dejas de desear unas 10 veces al día que llegue el Viernes, las vacaciones o ese momento donde puedas, al fin, desconectar y si, además, el despertador es tu mayor enemigo....
Déjame decirte que tú no estás durmiendo bien.