Se acerca el Día de San Valentín y es que como no te pongas las pilas, ya te imagino el día anterior a las 8 de la tarde, sin nisiquiera una postal que llevarte a la mano para dedicar unas palabras que traten de encubrir, que no has dedicado un segundo a preparar una sorpresa o detallito especial, para evadir, animar, aderezar la rutina en la que, no en pocos casos, acaban convirtiéndose muchas relaciones.
Ojo, que no digo que la rutina sea cosa mala, lo que no siempre puede ser tan bueno es su contenido y por eso, aprovechar este día como excusa para continuar con la ardua tarea de hacer que una relación especial perdure por los años de los años (amén), pues no está de más.
No me equivoco y lo sabes...