Si no has leído la Parte I, ¿a qué esperas? Si ya la has leído,
acomódate, ¡¡¡¡¡qué vienen curvas!!!!!
Inclasificable
4.- “Prefiero una borrachera que aguantarte”
Dicen que para que el mundo sea mundo tiene que haber de todo y esta
pieza es prueba de ello. Entre las razones que llevan a muchos
hombres jóvenes a beber alcohol indiscriminadamente hasta conseguir
un dudosísimo éxtasis divino,
destacaría las siguientes:
porque creen que les ayuda a divertirse,
porque consideran que es una práctica que deben seguir manteniendo
“los hombres”, persiguiendo amoldarse a ese arcaico patrón de
conducta masculino,
porque creen que les ayuda a desinhibirse y les facilita
relacionarse,
porque sienten que necesitan beber para olvidar sus defectos o
problemillas (que la tiene microscópica, que no tiene experiencia,
que es un eyaculador precoz desahuciado por la medicina moderna...)
porque simplemente les gusta enajenarse...
Al margen de los muchos problemas que acarrea que les ENCANTE
beber alcochol y que lo practiquen a menudo hasta perder el juicio,
objetivo a alcanzar en cada salida nocturna y, obviando, que esa
aportación semanal es exponencialmente proporcional a la merma de
las neuronas útiles e irreproductibles de su cerebro, sobra decir,
que estamos ante un alcohólico en potencia.
Probablemente lo conocerás de marcha, enclave donde su buen humor
desmedido y sus bromas, algo estrafalarias, tienen cabida y divierten
a todos a su alrededor. Lo confundirás con el alma de la fiesta y
eso atraerá tu atención... pero ¡QUÉ
ERROR! Tu ángel de la guarda no estará en ese
momento, así que él se fijará en ti... ¡SOCORRO!,
lo peor está por venir...
Quizá quedó contigo en que te llamaría durante la semana. Muy probablemente el Domingo. Los Domingos por la
tarde son el momento oficial de las parejas en ciernes. Si estás
comenzando una historia con alguien y, salvo por trabajo inexcusable
o enfermedad, no te dedica los Domingos por la tarde, a tu
pseudorelación no le queda ni medio Telediario. Esperas y esperas
y el chaval parece que no hará acto de comunicación. Finalmente te
llamará a las 5 de la tarde, (se acaba de despertar, no lo dudes ni
por un minuto), para quedar a las 9 (sí, 9 de la noche, de ese mismo
día. Sí, has entendido bien). Su voz ronca y de ultratumba le
delatarán. Con seguridad habrá salido la noche anterior, se
emborrachó, como de costumbre y ni Baco (Dios del vino en la
mitología griega) sabe cuántas acciones más, totalmente
irrecuperables para su cocido cerebro. Con eso de quedar tan tarde,
ya chafa cualquier posibilidad de plan tranquilo y deleitable. No nos
gustan las prisas, PEERO... el mercado está muy mal, no has tenido
una cita en meses y... tempus
fugit... vamos, que decides seguir adelante, pero
con este elemento sumergido en alcohol, o dejas de poner impedimentos
o no se materializará la cita, ¡y al día siguiente tienes que
trabajar!
Llegará tarde, mal vestido, extra-arrugado y transpirando por todos
los poros pasados, presentes y futuros de su piel, ¡¡¡ALCOHOL!!!
Tendrá resaca, estará despeinado, su tez será macilenta y a pesar
de sus vanos intentos por disfrazar su patético estado, del cual no
es completamente consciente, encima se atreverá a hacer bromas de
muy mal gusto acerca de tu estudiadísimo look. ¡¡MEQUETREFE
INMUNDO!!!
Te pondrás de los nervios, ya no querrás ni seguir adelante con la
cita, ¿se acordará después?!! te preguntarás... Pero como todas
tenemos a una asistente social dentro, intentaremos mejorar, MUY
inútilmente, lo que mal ha comenzado.
Acción a emprender: En
primer lugar, aprender a hacer estudios
de viabilidad rápidos, esta cita no debió suceder jamás y,
en segundo lugar: SI NO QUIERES TERMINAR
DEDICÁNDOTE A LA BEBIDA para olvidar las catastróficas citas que
tendrás con él, ALÉJATE!! No
es problema tuyo que haya gente a la que simplemente le guste beber y
no controle. Este individuo ha comenzado su descenso hacia el
inframundo de los resacosos crónicos. No tienen ni pizca de gracia
y, francamente, son sexualmente inservibles en ese estado. ¡Mírate
al espejo y alégrate de reconocerte!
Inclasificable
5.- “El Forrest Gump bipolar”
Este inclasificable abunda en discotecas y garitos nocturnos. No se
ha descubierto aún cómo multiplica su presencia en una sola noche
hasta en 5 ó 6 locales diferentes. Tiene una actitud de “busco
y no encuentro”, va sólo o con un amigo de paso, el cual
terminará mareándose de tanta vuelta absurda. Lo verás siempre que
salgas de fiesta, da igual el lugar elegido, él aparecerá. No
permanecerá en el mismo lugar “ni mucho, ni
poco”. Si le gustas, hará un alto muy breve en su periplo y
te dedicará algunas palabras, entre las que estará: “me
tengo que ir, pero ahora vuelvo”. Regresará, pero se tendrá
que ir otra vez. Un halo de misterio envuelve sus apariciones y como
lo desconocido nos atrae sin remedio...¡ZAS!
Con muy poco, ya habrá atraído tu atención. Le encantará
mantenerte en vilo, haciendo creer que va despacio, porque es un
hombre de valores tradicionales...
Una vez seguí a un elemento como éste, harta de que me dejara con
la miel en los labios en incontables ocasiones. Resulta que su novia
actuaba en discotecas. Su show iba de contonearse con una serpiente
con sobrepeso al cuello. La chica era muy guapa, demasiado guapa para
este Forrest Gump inseguro de sí
mismo que, por si acaso, iba fermentando posibles alternativas, ante
lo inminente de que su novia bailarina terminara dejándole por otro
mejor. No sé si más guapo, pero desde luego, ¡sí más seguro!
Acción a emprender: GRÁBATE
ESTO A FUEGO: no tenemos por qué aceptar ser segundo plato de
nadie. ¡¡A jugar al parque!!
Inclasificable
6.- “Estoy contigo en un intermedio de mi, ahora, ex-novia”
Prototipo fallido de la creación, que ha sido abandonado
recientemente por su novia, con la que mantenía una relación de no
menos de 5 años. Él cree que no podrá perdonar el desliz que ha
tenido su chica, que lo ha coronado sin previo aviso “cornudo
mayor del reino de los ciervos”. Lamenta el momento en el
que se ha producido esta grave crisis, ya que estaban a punto de
formalizar sus planes de irse a vivir juntos y casarse. Lamenta aún
más, no sólo la devoción que él le practicaba, si no lo que le
gustaba a su madre. Y ahora, ¿¿¿¿dónde van a
encontrar ambos a otra que les pueda gustar tanto????
Hará lo propio en estos casos: se dejará arropar por sus amigos,
saldrá de fiesta varias veces por semana, intentará conocer a
muchas féminas, desempolvar sus artes ligatorias y blindar su
corazón a base de todo el sexo que pueda y más, sin ataduras. Pobre
infeliz... así no se cura nada, pero todos tenemos que
aprender de nuestros errores...
¿Y dónde estarás tú? pues, ¿cómo
no?! en el sitio inadecuado, en el momento inoportuno. Es de
agradecer que semejante elemento, cegado por el dolor de corazón, se
fije en ti, incluso que le puedas gustar y sea capaz de apreciar
algunas de tus innumerables cualidades, pero... ¡NO
está en su momento!
Te ilusionarás si no lo paras a tiempo, parecerá que la historia
progresa... ¡MENTIRA! Sólo te
utiliza para llevar a cabo un plan urdido por su madre, él o sus
amigos, con el fin de recuperar a la ex-ahoratraidora.
Su misión consiste en hacer ver que ha continuado sin dilación con
su vida. Todos sus pequeños éxitos le serán transmitidos
diligentemente a su ex-ahoratraidora, a
través de todos los medios tecnológicos de comunicación disponibles y, de forma
más privada, mediante un enlace colaborador, seleccionado de su
círculo más íntimo, en un intento de que ésta despierte del
letargo que le ha producido haber probado carne fresca y, suponemos,
más jugosa.
El muy calzonazos prefiere a la ex-ahoratraidora,
está enamorado y quiere recuperarla, aunque eso implique hacer hueco
a unos gastos imprevistos: ¡¡¡aumentar la altura de las puertas y los
techos!!!
Acción a emprender: ¡PATADA
VOLADORA! Quien quiere mal por
su gusto, que vaya al infierno a quejarse. Dicen que todos tenemos lo
que nos merecemos y yo me pregunto: ¿qué se tiene en cuenta para
esta premisa?: ¿nuestra vida pasada, si es que existió?, ¿nuestros
actos futuros?, ¿algún conjunto de acciones que hemos desarrollado
durante nuestra vida presente? ¿Qué o quiénes se encargan de
aplicar lo que consideramos un castigo? ¿Uno mismo?, demasiado
profundo para esta entrada...
Inclasificable
7.- “Mi dinero es MÍÍÍÍOOOOOO...”
Como el propio subtítulo indica, espécimen aferrado a su economía,
sin importar lo inmunda que esta pueda ser. Todos sus actos, gestos y
actitudes vendrán determinados por el dinero. Este inclasificable
opina que le cuesta mucho ganarse la vida como para invertir en una
desconocida. Sí, esa desconocida eres TÚ.
Por supuesto, estará abierto a cualquier invitación tuya, pero
olvídate de que tenga la suficiente inteligencia como para
aprovechar la ocasión con un: “la próxima
invito yo”.
Este matemático sin título, ha aprendido a hacer divisiones
superando todos los récords de velocidad conocidos, por lo que, antes
incluso de pedir la cuenta al camarero, él ya sabrá el importe
exacto de su consumición y de la tuya, por separado. Es más, va
cargado a todos lados con suficiente cambio en monedas pequeñas,
asegurándose así de no despilfarrar en vano ni uno sólo de sus
amados céntimos.
¡¡Lo siento!! seré
tradicional, seré antigua, ¿seré
aprovechada?! Pero es FEO de coj***** esta repugnante actitud.
Hablará de dinero, rondará varias veces la cantidad que
supuestamente tiene ahorrada (pobrecillo, está claro que no ha visto
ningún reportaje de la MTV), presumirá de las calamidades que habrá
pasado para tener semejante suma a buen recaudo y lo que es más,
hablar sobre ello le hace sentirse más cerca de ti y seguro de sí
mismo. ¡¡Menudo Rockefeller lowcost!!
¿Dónde han quedado las primeras impresiones?, ¿Dónde ha quedado
la noble disposición a invitar en la primera cita? Sí, ahí,
agazapadas en el doble fondo de su cartera.
Acción a emprender: acorta la
cita y sal pitando. No pierdas tiempo en buscar una excusa con tacto,
di lo primero que se te ocurra, este ser necesita que le abran los
ojos y entienda por qué NUNCA tiene segundas citas.
En fin, vivir para creer...
Hasta la próximaaaaaaaaaaa!!!!!!!!!
Brujuleia.-
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